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lunes, 1 de junio de 2015

El antónimo de la triada del fracaso


El antónimo de la triada del fracaso

fracaso
Triada del exito y fracaso

 

Muchos sabemos y nos han dicho cuál es el camino para alcanzar el éxito y también cómo fracasar; se han escrito cientos de libros y artículos sobre este tema pero son muy complejos y con muchas cosas y puntos que hacen perder la simplicidad en las cosas, lo que en automático provoca que no lo entendamos o que por un período de corto tiempo lo comenzamos a aplicar y luego desistimos.
En lo que yo pienso y voy muy de acuerdo es en que es una sencilla tríada para fracasar y para tener éxito, exactamente lo contrario.

Tríada del fracaso:

  1. Ten muchas ideas

  2. Un olfato refinado 

  3. Cero coraje


Tríada del éxito:

  1. Sólo una idea

  2. Olfato refinado

  3. Coraje de sobra


Lógicamente todos pretendemos tener éxito en todo lo que emprendemos, pero el éxito siempre está al final de una carrera que está repleta de exigencias, obstáculos, contratiempos, metidas de pie, trampas e incomprensiones que hay que estar dispuesto a asumir y enfrentar.

La base de un podio se construye con materiales humanos, garra, esfuerzo, una inquebrantable voluntad y de la mano con la inteligencia y astucia.

Imagina una tríada donde lo más alto coincide con nuestro cerebro, que es aquello que queremos conseguir, sólo una cosa que sea lineal, concreta, sin nudos porque la dispersión es la mejor forma para caer de madrazo hasta el duro suelo.

Una vez que vas en tu camino y descubres que vas por otro lado, lo que importa es que regreses a esa cumbre y cambies el vértice de la tríada, tomando conciencia de que tu intención inicial cambió; tendrás que cambiarte el chip mental para el nuevo objetivo, sólo eso es una meta.

Después de la cumbre, si desciendes, muy pronto vas a encontrar que viene tu nariz(observar imagen). Te va a servir para olfatear los ambientes adecuados y los de adversidad en nuestro entorno. La nariz te sirve para olfatear las esencias humanas, tempestades, tufos maliciosos y también olores ocultos que envuelven a nuestros interlocutores. Lo puedes definir como un Sexto Sentido.
 Nuestro Dios, no en vano nos puso la nariz junto a los ojos para explorar, y los oídos para entender que es el órgano que se encuentra más cercano a nuestro cerebro.
Seguimos descendiendo a la base de nuestra tríada en forma piramidal un poco por debajo del ombligo. Ahí se encuentra la energía para hacer las cosas y la garra incombustible; ahí se sitúa una máquina capaz de autoalimentarse para generar, ante las situaciones más desfallecedoras.
Todos los hombres y las mujeres con dotes de liderazgo poseen este triángulo, muchos lo ocultan pero lo practican y otros, por el rol que desempeñan en la sociedad y/o su ego, terminan mostrándolo. Así se hizo y así se seguirá haciendo la historia; esta es la verdadera tríada del éxito.
La tríada del fracaso es esa misma tríada en forma piramidal, pero invertida, donde en la cumbre, la visión ha sido aplatanada y aplastada por un exceso de conocimiento, lo que genera dudas.
En el olfato el resultado, son muchas barreras que dificultan la respiración de forma natural y casi siempre tiene que ser asistida.
Y en la base es donde queda el vértice invertido, donde sólo queda poca energía y garra para hacer las cosas.


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